Amor del Ser

Publicado el: 28 julio, 2017

Por Pablo Jozami-Nada inexistente en lo interior será posible de existir en lo exterior. Solo aquello que habita en mí puede ser reflejado fuera de mí.

El Amor es, ante todo, el milagro por el cuál existimos. El Amor solo es reflejo de lo verdadero, por tanto no existe amor falso. Este verdadero y único Amor es puro, inocente y libre.

Si el Amor es puro entonces éste desconoce de contaminaciones; para él los celos, la envidia o cualquier otra emoción negativa permanecen inexistentes. Si el Amor es inocente entonces éste desconoce de intereses, por lo que las finalidades o razones “por las que” o “para las que” amar permanecen inexistentes. Si el Amor es libre entonces desconoce de apegos, dependencias o cualquier otra forma de privación de libertad. El Amor es, por naturaleza, parte de cada Ser; es en esencia el fundamento de la existencia y por tanto de todo cuanto existe.

“El amor no es, por tanto, una cosa de la mente. Tan solo cuando la mente está realmente en calma, cuando no espera, no pide ni exige, no busca ni posee nada, cuando no es celosa, no teme ni ansía, cuando está realmente en silencio, solo entonces es posible amar. Cuando la mente ha dejado de proyectarse persiguiendo sus propias sensaciones particulares, sus exigencias, sus necesidades, sus miedos ocultos, cuando no busca su autorrealización ni está atrapada en la esclavitud de la creencia, solo entonces es posible amar. Pero la mayoría cree que los celos, la ambición, la persecución de los deseos y las ambiciones personales acompañan al amor, aunque es evidente que cuando estas cosas intervienen no hay amor.” Jiddu Krishnamurti

Se hace evidente que, por su lógica e inherente naturaleza, el Amor jamás sería Amor  para o por; el Amor desconoce el cuándo o las formas; el Amor solo puede ser sincero y desmedido, por tanto eterno. El Amor, en tanto lo expresado, jamás podría ser amor a, porque el Amor desconoce —por su natural inocencia— de elecciones. Si hay elección entonces hay juicio de valor y el Amor no comete observación alguna, ellas pertenecen a la mente. El Amor desconoce de decisiones, solo puede expresarse a Sí mismo; desconoce los límites mediante los cuales definir entre lo amado y lo no amado; toda esa mecánica es propia del pensamiento. La mente maquinal impide que el Amor sea. El Amor solo es, y si no es simplemente no hay amor.

Como lo expresa la cita que inicia el texto, el Amor es en nosotros y desde nosotros puede manifestarse hacia el exterior, sin límites que distingan entre una u otra cosa, porque el Amor es divino en esencia y es Amor a todo en cuanto se refleja. Así como la Luz, el Amor se encuentra reflejándose a Sí en todo cuanto alcanza su presencia. El Amor es imparcial, es absoluto y es inagotable, porque el Amor nace en mí y se proyecta hacia todo a mi alrededor, solo en tanto yo soy Amor. Amar es Ser Amor, es así que la verdadera grandeza del Amor refleja su Luz divina.

Hace muchos años llegó a ese tiempo un joven Maestro que —consciente de la humanidad viciada por el lujo, el materialismo, la apatía, la insensibilidad, la soberbia y hundida en la ignorancia de verdades— trajo consigo la semilla del verdadero Amor como una llama ardiendo fervorosa en su corazón. Dirigió aquel sus palabras de absoluta verdad hacia el mundo, para que éste retomara su curso hacia el Amor y así encontrara la paz, la felicidad y la prosperidad, volviéndose hacia su naturaleza y alcanzando la armonía de la creación. Su Amor fue tal que en carne propia él fue Amor y ejemplo así de la verdad.

En tanto continuemos diciendo amor en términos de pertenecía jamás amaremos, porque el Amor es, no es amor a sino simplemente es, por tanto no distingue ni discrimina límites de pertenencia ni materia, al igual que la Luz. A la Luz nada le pertenece y todo lo alcanza; así mismo es el Amor.

Pablo Jozami se define como cocinero, artista plástico, músico y poeta.

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