Un experto asegura que Salazar no estaba habilitado para llevar turistas

Publicado el: 5 enero, 2018

La trágica muerte de Natalia Vargas mientras realizaba un vuelo en parapente el viernes pasado reactivó la alarma sobre las medidas de seguridad en esta actividad y llamó la atención sobre la necesidad de exigir la habilitación del instructor para este tipo de vuelos.

Según indica el diario Los Andes, en Mendoza hay 17 pilotos que cuentan con la licencia de la Federación Argentina de Vuelo Libre (FAVL) -dependiente de la ANAC-, requisito indispensable para poder ofrecer el servicio de vuelos biplazas (dos lugares) y que son precisamente aquellos que cualquier persona inexperta contrata para vivir la adrenalina por unos minutos.

Este era el tipo de vuelo que había contratado Natalia, y el piloto instructor era Ariel Salazar.

Todos los años y de forma periódica, la FAVL realiza controles a los pilotos y capacitaciones obligatorias para lograr la renovación de la licencia. “En 2017 ya se hicieron 2 talleres para unificar criterios de seguridad y chequear equipos. La idea es que ahora sea obligatorio realizar cursos de seguridad cada 24 meses”, destacó el piloto mendocino habilitado Hernán Vicente (28), de la empresa AcroFly y que trabaja en el Cerro Arco.

“En Mendoza está regulada la actividad por la FAVL, los pilotos tenemos licencia y todos los años se hacen cursos y controles obligatorios para poder renovarla. Es uno de los lugares más profesionales del país”, acotó a su turno Horacio Quiroga (55), experimentado piloto de parapentes de la empresa Fly Excursión.

Ambos pilotos se refirieron a la tragedia de Tucumán, e hicieron hincapié en las recomendaciones que debe tener cualquier persona interesada en hacer uno de estos vuelos.

La primera recomendación siempre es contratar a un piloto habilitado por la FAVL, y el listado está en la página web de la Federación. También el piloto tiene que tener en cuenta las condiciones meteorológicas. Por ejemplo: no volar si hay viento fuerte. El usuario, en tanto, debe estar atento y escuchar todas las instrucciones, sin interrumpir en ningún momento”, destacó Vicente, quien hace 11 años es piloto biplaza.

El joven destacó que la persona tiene que arrancar caminando y luego correr antes de quedar suspendido en el aire. “En ningún momento hay sensación de caída libre. Uno siempre va suspendido en el aire y volando”, insistió. Agregó que los comentarios en TripAdvisor también son un filtro más que válido para hacer la elección. “Es mejor buscar calidad y no precio”, indicó.

Es imprescindible llevar el equipamiento de seguridad que se engancha al arnés de pasajero, una silla para el piloto, el equipo biplaza homologado (con test de porosidad) y un paracaídas de emergencia. La licencia N5 / Biplaza es la que habilita a volar parapentes biplaza con pasajeros.

Si la gente va a contratar por internet, la recomendación es que averigüe si el piloto tiene licencia. Y si es posible que la exhiba antes del vuelo o que, al menos, envíe una foto por WhatsApp. A mí me da mucho orgullo cuando los clientes me piden la licencia”, indicó por su parte Quiroga (55), quien ya lleva 23 años en la actividad y 17 de ellos volando con turistas.

Tanto Vicente como Quiroga destacaron que lo ocurrido en Tucumán fue una fatalidad, pero que no debería ser algo que se generalice para todos los vuelos en parapente. “Fue un error de distracción del piloto. Por los videos que se han visto, es casi un hecho que el piloto no había enganchado la pernera -sistema de seguridad que sujeta las piernas del pasajero al arnés de seguridad- a la mujer, por lo que pasó derecho y cayó. Lamentablemente estas cosas manchan un poco la actividad, pero fue un error humano. No necesariamente es peligroso el parapente. Los peligrosos en todo caso somos los parapentistas cuando no se hacen las cosas como corresponden”, indicó Vicente.

“El piloto de Tucumán no estaba habilitado para llevar turistas. Sí lo estaba para competir, pero no es lo mismo”, determinó Quiroga.

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