La llanura estéril

Publicado el: 8 junio, 2017

Por Pablo Jozami-Imaginemos a la dualidad como una extensa llanura. En ella es imposible generar las condiciones que requiere el amor para florecer, por la sencilla razón de que en la dualidad finalmente todo perece sin más destino que perecer. La mente dual sostiene “vida y muerte”, en ella se disputan indeterminadamente “guerra y resistencia”, en ella todo es elemento de un escenario falso y absurdo, solo que no somos conscientes de nuestra falta de lógica para comprenderlo. Entonces la dualidad es un suelo estéril que no reúne las cualidades para dar luz a lo eterno: el amor.

Teniendo presente que, amor no es palabra, no es idea y solo florece cuando negamos conscientes lo que no es, observemos por un momento las cualidades propias de su naturaleza: pureza, inocencia, libertad. Ahora, así como hemos considerado a ciertas especies vegetales “maleza”, consideremos que alrededor del amor crece también “maleza” y que solo a través del poder del discernimiento podremos descubrir esas cualidades. Discernimos entonces que para que haya pureza es preciso que no haya contaminación, para que haya inocencia no haya interés, para que haya libertad no haya apego. Habiendo discernido de todo lo falso a las cualidades del amor vemos que su verdadero rostro es el de un niño. Aunque sea posible conocer al amor es imposible alcanzarlo, poseerlo, saberlo, comprenderlo, explicarlo; y para aproximarnos desde un posible análisis fenomenológico sería preciso integrar frecuencia vibración energía química. Recordemos que lo esencial es invisible a los ojos, por lo tanto al amor solo se lo puede sentir, y ese sentir está mucho más allá de los sentidos ordinarios, esa sensibilidad es la que permite ver al amor, a la esencia. Esa es la esencia del humano, es nuestra naturaleza divina: el amor, y para conocerlo es preciso desmalezar nuestros seres. Dijo Confucio:

El pueblo antiguo que deseaba tener una clara armonía moral en el mundo, ordenaba primero su vida nacional; los que deseaban ordenar su vida nacional regulaban primero su vida familiar; los que deseaban regular su vida familiar cultivaban primero sus vidas personales; los que deseaban cultivar sus vidas personales enderezaban primero sus corazones; quienes deseaban enderezar sus corazones hacían primero sinceras sus voluntades; los que deseaban hacer sinceras sus voluntades llegaban primero a la comprensión; la comprensión proviene de la exploración del conocimiento de las cosas.

Cuando se gana el conocimiento de las cosas se logra la comprensión; cuando se gana la comprensión, la voluntad es sincera; cuando la voluntad es sincera, el corazón se endereza; cuando el corazón se endereza, se cultiva la vida personal; cuando la vida personal se cultiva, se regula la vida familiar; cuando se regula la vida familiar, la vida nacional es ordenada, y cuando la vida nacional es ordenada, el mundo está en paz.

Desde el Emperador hasta el hombre común, el cultivo de la vida personal es el cimiento para todo. Es imposible que cuando los cimientos no están en orden se halle en orden la superestructura. Jamás ha habido un árbol de tronco delgado cuyas ramas superiores sean pesadas y fuertes.

 

Hay una causa y una secuencia en las cosas, y un comienzo y un fin en los asuntos humanos.

 

Conocer el orden de precedencia es tener el comienzo de la sabiduría.”

 

Pablo Jozami se define como cocinero, artista plástico, músico y poeta.

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