Luciana Casmuz, una mujer de Tucumán que perdió a sus dos hijos en un accidente vial en 2014, logró que se construya una rotonda en el cruce de las rutas 306 y 323, en Santa Rosa de Leales, el mismo lugar donde ocurrió la tragedia. Tras años de lucha, pedidos y recolección de firmas, la obra se concretó para mejorar la seguridad en una intersección donde ya habían fallecido 47 personas.
El 31 de agosto de 2014, Luciana viajaba con su familia hacia las Termas de Río Hondo cuando un camión embistió su camioneta. El choque provocó la muerte de sus hijos María Emilia, de 8 meses, y Ramiro, de 3 años. Ella sobrevivió con heridas graves, pero con un dolor que la marcó para siempre. En lugar de quedarse inmóvil ante la tragedia, decidió actuar. Comenzó a pedir que se construya una rotonda en ese cruce peligroso para evitar que otras familias sufran lo mismo.
La obra fue llevada adelante por la Dirección Provincial de Vialidad, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo. Incluye una rotonda de 146 metros, ensanchamiento de calzada, dársenas, un nuevo puente y un refugio para pasajeros. Esteban Romano, inspector de la DPV, aseguró que esta intervención mejorará mucho la seguridad vial en la zona, conocida por sus múltiples accidentes.
Vecinos como Luisa Aranda y Luis Fernández, que han sido testigos de muchos siniestros, celebran la obra y aseguran que la rotonda era necesaria, especialmente en época de zafra. Luciana, hoy instructora de yoga, maestra de Reiki y mamá de un nuevo hijo, Alejo, dice que con esta rotonda siente que cierra un ciclo: “Es memoria, amor y prevención”.
Luciana agradece a quienes la acompañaron y deja un mensaje claro: “La seguridad vial depende de todos. No hay que esperar a que nos pase”. Su historia muestra cómo, con fuerza y compromiso, el dolor puede transformarse en una acción que salve vidas.
Fuente: La Gaceta




