Crisis por la baja demanda del uso de los taxis

Publicado el: 31 julio, 2025

Este jueves a las 8.30 de la mañana, en pleno horario pico, el microcentro de San Miguel de Tucumán lucía inusualmente vacío para los taxistas: al menos siete autos esperaban pasajeros en una sola cuadra. Los choferes explican que ya es habitual ver esta escena debido a la fuerte caída en la demanda de viajes, provocada por la falta de dinero en la calle, el aumento del costo de vida y la competencia de las aplicaciones como Uber y DiDi.

Carlos, con más de 20 años manejando, contó que ayer solo hizo ocho viajes, y el día anterior la misma cantidad. “Eso no es nada. No hay trabajo”, dijo resignado. A su alrededor, otros taxistas asentían y repetían una palabra que los une: “desleal”. Con ella se refieren a la competencia que representan las apps de transporte, que operan sin el mismo nivel de regulación que los taxis.

Uno de los testimonios más duros fue el de José, quien mostró su billetera después de dos horas de trabajo: tenía apenas $4.000, mientras que debe pagar $45.000 diarios para alquilar el auto. “No se puede. Tengo que mantener a mi hija, a mi señora, pagar alquiler, luz e internet. Cuesta cada vez más”, dijo. Antes no trabajaba los domingos, pero ahora debe salir todos los días para cubrir sus gastos básicos.

Aunque algunos conductores siguen resistiéndose a trabajar con aplicaciones, otros lo ven como una necesidad. “Soy taxista, no quiero trabajar con la app”, dijo uno. Pero otro señaló que muchos no se suman por desconocimiento, no por falta de voluntad: “Voy a tener que aprender”.

Los choferes aclaran que la crisis no se debe solo a la llegada de nuevas tecnologías. “Es una suma de cosas: el costo de vida, la suba de tarifas, la falta de efectivo. Incluso los colectivos van vacíos. Todos estamos mal”, afirman. Hoy la bajada de bandera cuesta $900 y cada ficha, $90. “Viajar se volvió un lujo”, dicen.

El debate sobre cómo regular las aplicaciones sigue sin resolverse. Aunque existe un proyecto en la Legislatura para avanzar en esa dirección, su tratamiento fue postergado hasta después de las elecciones de octubre, ya que se considera un tema sensible que podría tener impacto electoral. Recién en noviembre podría volver a discutirse.

Mientras tanto, los taxistas siguen trabajando como pueden, pero con menos esperanza. “Hay que aguantar. El taxi es un buen trabajo, pero estamos en el peor momento”, concluyó José, con el rostro cansado de quien trabaja todos los días de la semana para llegar a fin de mes.

Fuente: La Gaceta

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