Tras su contundente triunfo en las elecciones provinciales, La Libertad Avanza (LLA) se consolidó como la principal fuerza política en Yerba Buena, donde obtuvo el 49% de los votos, superando ampliamente a Tucumán Primero, liderado por Osvaldo Jaldo (34%), y a Unidos por Tucumán, encabezado por Roberto Sánchez (7%). El resultado, logrado por la lista que encabezó Federico Pelli, convierte a Yerba Buena en el epicentro del crecimiento libertario en Tucumán y en una de las prioridades políticas rumbo a 2027.
El intendente Pablo Macchiarola (UCR) y su referente político, Mariano Campero, habían apoyado abiertamente a Sánchez, participando en actos y actividades conjuntas durante la campaña. Sin embargo, el voto local se volcó masivamente hacia los libertarios, marcando un cambio profundo en la política yerbabuenense y un desplazamiento del voto tradicional hacia las fuerzas emergentes.
El auge demográfico y económico de Yerba Buena es una de las razones que explican este fenómeno. La ciudad creció un 36% en población en la última década, acompañada por una fuerte expansión comercial e inmobiliaria sobre la avenida Presidente Perón, hoy uno de los principales corredores económicos del norte argentino. Este contexto, según analistas, la convierte en un terreno ideal para el avance libertario, con propuestas centradas en la modernización, la inversión privada y el impulso a jóvenes y emprendedores.
Una de las señales más claras de la estrategia de LLA fue la visita del presidente Javier Milei a Yerba Buena durante el cierre de campaña, donde acompañó a Pelli apenas una semana antes de las elecciones. Tras la victoria, el espacio libertario ya proyecta disputar la intendencia en 2027, con la meta de desplazar a Macchiarola y establecer una gestión alineada con su modelo provincial, basado en la reducción del gasto público, la eficiencia estatal y el estímulo a la inversión privada.
Desde el entorno de Federico Pelli aseguran que el objetivo es extender el crecimiento provincial hacia los municipios estratégicos, desafiando la hegemonía de los partidos históricos. Los analistas políticos destacan que la combinación de un electorado joven, un fuerte crecimiento urbano y una economía local en expansión posiciona a Yerba Buena como un futuro bastión libertario, capaz de redefinir el mapa político tucumano y marcar un antes y un después en la historia electoral de la ciudad.
