La Libertad Avanza confirmó este miércoles que incorporará a los diputados Mariano Campero, Luis Picat y Federico Tournier, quienes integran La Liga del Interior, un movimiento radical disidente, y que desde 2027 pasarán oficialmente a formar parte del bloque libertario, elevando su bancada a 91 miembros. La decisión se da en un contexto de fuerte reacomodamiento político en la Cámara baja, donde el peronismo conserva 96 escaños pero atraviesa tensiones internas.
Los tres legisladores —el tucumano Mariano Campero, el cordobés Luis Picat y el correntino Federico Tournier— habían sido apodados “radicales con peluca” luego de apoyar los vetos del presidente Javier Milei al aumento jubilatorio y al financiamiento universitario. Con su incorporación, el oficialismo se acerca a arrebatarle al peronismo la condición de primera minoría, clave para el control de las comisiones y las negociaciones parlamentarias.
En la Casa Rosada, además, creen posible avanzar sobre el bloque Fuerza Patria, especialmente sobre los diputados vinculados a los gobernadores Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). Entre ambos suman 11 legisladores, y una eventual ruptura sería un golpe directo al peronismo.
El crecimiento de LLA no es casual. Tras la victoria electoral de octubre, Milei logró absorber a todos los diputados del PRO alineados con Patricia Bullrich, entre ellos Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Silvana Giudici y Patricia Vázquez, además de los nuevos ingresantes María Luisa González Estevarena y Carlos Almenda. Luego se sumó también Belén Avico.
Con estos movimientos, el oficialismo ya consolidó 88 votos propios, suficientes para sostener vetos presidenciales y bloquear intentos de juicio político. Ahora, con la llegada de los radicales del Interior, ese número crece aún más.
Pero la estrategia no termina ahí. LLA también buscará sumar a Verónica Razzini (Futuro y Libertad), al liberal Alejandro Bongiovanni y a Lorena Petrovich, quien ocupará la banca de Silvia Lospennato cuando ésta asuma en la Legislatura porteña.
El nuevo escenario anticipa un Congreso donde el oficialismo, aunque sin mayoría propia, gana terreno mediante acuerdos y reacomodamientos internos, mientras el peronismo intenta sostener la cohesión de su principal bloque.
