El ex gobernador tucumano José Alperovich y Marianela Mirra, ganadora de Gran Hermano 2007, se casaron este miércoles en una ceremonia íntima realizada en el departamento de Puerto Madero donde él cumple prisión domiciliaria por una condena de 16 años por abuso sexual, en un enlace que se hizo sin invitados, sin festejos y únicamente con los testigos obligatorios, según confirmaron allegados a la pareja.
Mirra explicó en declaraciones televisivas que el casamiento estaba planificado desde hace tiempo y que no tuvo ningún tipo de ostentación. “Coronar este amor era un gusto que queríamos darnos. Solo estuvieron los testigos y nunca hubo nada más”, afirmó. También desmintió rumores sobre un supuesto evento lujoso, asegurando que esas versiones los “perjudicaban muchísimo”.
En los días previos al enlace, Alperovich canceló la convocatoria que había hecho a algunos conocidos para acompañar la ceremonia, y notificó la suspensión uno por uno por WhatsApp. La boda se realizó en el edificio Zen City, ubicado en Rosario Vera Peñaloza al 600, donde un contador digital marcó el momento del “sí” a las 18 horas.
La propia Mirra negó versiones sobre un posible embarazo o tratamientos de fertilidad. “Nos casamos por amor. No habrá fiesta ni nada grande; apenas pediremos un delivery”, dijo a TN. Además, rechazó especulaciones relacionadas con la situación judicial de Alperovich: “Nunca existió tal cosa. Hay ganas de creer que pueden venir tiempos mejores después de semejante denuncia falsa”.
La pareja, que ha atravesado crisis públicas —incluida una separación anunciada en redes—, decidió finalmente concretar la unión civil. Según A24.com, Mirra acompañó al ex mandatario con cartas y mensajes durante su condena, y ambos se mantuvieron unidos a pesar de la exposición mediática.
Durante la mañana del 27 de noviembre surgieron dudas sobre si la boda se concretaría debido al hermetismo y las versiones cruzadas, pero por la noche comenzaron a circular las primeras imágenes, difundidas por Farándula Show. En ellas se ve a Mirra con un vestido de novia y a Alperovich, de espaldas, vestido con camisa blanca, sin saco ni corbata, en un ambiente reducido donde la situación judicial del ex gobernador marcó inevitablemente el tono de la escena.




