Ante la caída en la venta de diarios y revistas, los canillitas de la Ciudad de Buenos Aires comenzaron a reinventarse convirtiendo sus puestos en cafeterías, tiendas de libros, artesanías o hasta agencias de turismo. Muchos puestos se venden en plataformas como Mercado Libre desde hace pocos días, con precios que van desde los 8.000 hasta los 75.000 dólares, dependiendo del barrio y el equipamiento.
En barrios porteños como Recoleta, Belgrano, Once y Almagro, algunos puestos están abandonados y son retirados por el Gobierno de la Ciudad, mientras que otros se publican a la venta. Aunque algunos dueños los promocionan como si fueran locales tradicionales, no pueden usarse para cualquier rubro. Según la resolución 1481 del Ministerio de Trabajo, estos espacios están autorizados para vender artículos de librería, recuerdos turísticos, bebidas no alcohólicas, juegos de azar, entre otros usos, e incluso pueden transformarse en cafeterías si cuentan con habilitación.
Algunas experiencias exitosas ya están funcionando cerca de universidades y hospitales. Por ejemplo, la cafetería Canillita en Recoleta, ubicada en Junín y Paraguay, atrae a estudiantes de Medicina, Odontología y Económicas. Otra sucursal de Canillita funciona frente a la Facultad de Derecho y hay una más en la estación de Metrobus de Virrey del Pino.
Entre los puestos más baratos se encuentra uno reciclado en Balvanera, en Belgrano 2014 y Sarandí, que cuesta 8.000 dólares y ya cuenta con habilitación para vender café. Otro en Rivadavia al 4400, Almagro, se vende por 10.500 dólares. En Talcahuano 985, Recoleta, uno de 4 metros cuadrados cuesta 12.000 dólares, con ingresos de $1.200.000 solo en diarios y suscripciones.
También se ofrecen puestos más grandes y equipados. Uno en avenida Corrientes 1802, de 10 metros cuadrados, se vende a 15.000 dólares, y acepta permutas o vehículos. Otro de los más costosos es el de Cabildo 1915, Belgrano, que cuesta 75.000 dólares. Aunque la dirección exacta se mantiene en secreto, el aviso asegura que es ideal para cafetería por su ubicación estratégica y equipamiento completo.
En total, hay más de una treintena de avisos activos, la mayoría publicados recientemente, lo que muestra una tendencia clara de reconversión: los antiguos puestos de diarios están cambiando el papel por el café, buscando sobrevivir y adaptarse a los nuevos tiempos.
