Eugenio González, un empleado del Servicio de Emergencias 107 de 72 años, murió el martes 28 de mayo tras estar internado 16 días por un disparo que recibió en el pecho durante un intento de robo ocurrido el 11 de mayo en Lomas de Tafí, Tucumán. Su familia reclama justicia y pide una reforma urgente en la ley penal juvenil, ya que el principal acusado, Julio “Pañal” Guerrero, de 24 años, tiene antecedentes desde los 12 y estaba libre al momento del ataque.
Ese día, Eugenio regresaba a su casa cuando fue interceptado en la calle Viamonte al 2600 por dos personas. Guerrero le exigió la moto y, ante la negativa, le disparó y huyó sin robar nada. El hombre fue trasladado primero al CAPS San Rafael y luego al Centro de Salud, donde permaneció en estado crítico hasta su fallecimiento.
El atacante había sido condenado en 2017 a tres años de prisión condicional por apuñalar a un hombre, y también había sido vinculado con otro homicidio en 2013, cuando tenía solo 12 años. A pesar de estos antecedentes, estaba en libertad. El 14 de mayo fue imputado por tentativa de robo agravado y lesiones con arma de fuego, y quedó detenido con prisión preventiva por cinco meses.
“Mi papá estaría vivo si la edad de imputabilidad fuese menor. Este delincuente ya había matado antes, pero seguía libre”, denunció su hija María Luz, quien fue la primera en asistirlo. “Un vecino me llamó. Él mismo pidió que me buscaran. Cuando llegué, me dijeron que el agresor era un conocido delincuente del barrio”, contó.
Eugenio González era padre de ocho hijos, chofer de ambulancias durante más de 30 años, y seguía trabajando en el 107 después de jubilarse. Sus compañeros lo homenajearon haciendo sonar las sirenas el día de su muerte. “Mi papá era solidario, generoso, una persona muy querida”, expresó Micaela, otra de sus hijas.
La familia lo recuerda como un hombre lleno de energía y sueños: le gustaba cocinar, pintar, bailar rock y quería abrir un quiosco o volver a la herrería. Uno de sus últimos deseos era viajar con su hija María Luz para arrojar las cenizas de su esposa al mar.
Este crimen no solo dejó una enorme tristeza en sus seres queridos, sino que también volvió a poner en discusión la necesidad de modificar las leyes para evitar que personas con antecedentes peligrosos sigan libres. “Hoy fue mi papá, mañana puede ser otra persona”, advirtió su hija Luz.




