Los empresarios del transporte público de Tucumán advirtieron a la intendenta de San Miguel de Tucumán, Rossana Chahla, que el servicio podría paralizarse en el corto plazo debido a la crítica situación económica que atraviesa el sector. En una nota enviada la semana pasada, la Asociación de Empresarios del Transporte Automotor (Aetat), encabezada por su presidente Daniel Orell, expresó su “preocupación” y alertó que la crisis alcanzó niveles de “extrema emergencia”.
En la misiva, los empresarios señalaron que la demanda de pasajeros cayó fuertemente por distintos factores: la crisis económica general, el cierre de fuentes de trabajo, el aumento del teletrabajo que reduce los viajes, la expansión de transportes alternativos legales e ilegales y la falta de políticas públicas de transporte durante los últimos 15 años. Reconocieron también que la calidad del servicio no pudo mejorar pese a los esfuerzos de las empresas.
Además, Aetat destacó que la proliferación de motos y autos privados genera un fuerte impacto negativo, congestionando las calles y restando usuarios al transporte público.
Aunque el boleto urbano cuesta actualmente $950, los empresarios aclararon que no pedirán un aumento de tarifa porque esto “expulsaría más pasajeros del sistema”. En su lugar, propusieron que el municipio financie el servicio mediante un esquema de pago por kilómetro recorrido, similar a los modelos aplicados en Salta, Mendoza y Córdoba. De esta manera, las autoridades tendrían el control de las tarifas y gratuidades, mientras que las empresas se limitarían a cumplir con las exigencias de frecuencias, calidad y condiciones de los colectivos.
Con esta advertencia, el sector busca abrir un debate urgente sobre el futuro del transporte público en la capital tucumana y evitar un posible colapso del sistema.
