Especialistas encuentran arsénico en el agua y la SAT asegura que en Tucumán está dentro de los valores permitidos

Publicado el: 25 noviembre, 2025

Tras la difusión del “Mapa de Arsénico” del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), que reabrió el debate sobre la calidad del agua en distintas provincias, especialistas en geología e ingeniería química explicaron por qué aparece este metaloide, en qué zonas es más común y cómo afecta la salud, mientras que el presidente de la SAT, Marcelo Caponio, afirmó que en Tucumán “los estudios están en verde” y que el servicio de agua potable cumple con los valores recomendados, salvo en los Valles Calchaquíes, que figuran “en amarillo”.

El geólogo Jorge García, especialista en hidrogeología de la UNT, detalló que el arsénico suele encontrarse en acuíferos freáticos —entre 10 y 15 metros de profundidad— debido a la presencia de limos, arcillas y antiguas cenizas volcánicas que, bajo ciertas condiciones químicas (pH alcalino), liberan arsénico y flúor. Explicó que este fenómeno afecta zonas de Cruz Alta, Leales y Graneros, especialmente en pozos domiciliarios muy superficiales de áreas rurales, y no en los sistemas de abastecimiento público, que hoy se nutren de perforaciones profundas de 150 a 300 metros.

Por su parte, la ingeniera química Natalia Chebaia advirtió que el arsénico es un cancerígeno de grado 1 y que su efecto es acumulativo, provocando en consumos prolongados un cuadro conocido como HACRE, con lesiones dérmicas y compromiso sistémico. Remarcó que existen dos formas químicas: el trivalente (más tóxico) y el pentavalente (menos riesgoso), y señaló que el informe del ITBA no diferencia entre ambas. También aclaró que hervir el agua no elimina el arsénico, sino que lo concentra, y que los métodos de remoción requieren tratamientos industriales de gran escala.

Frente al informe nacional, Caponio presentó un balance de obras de los últimos dos años y aseguró que Tucumán mantiene parámetros seguros: “La SAT garantiza la calidad del agua que consumen los tucumanos”. Explicó que la provincia recuperó fuentes clave como El Cadillal, Vipos, Anfama y la balsa La Niña, y que se perforaron 47 pozos nuevos a grandes profundidades para asegurar caudal y pureza.

El funcionario insistió en que los controles se realizan todas las semanas, con supervisión adicional del Ministerio de Salud Pública y del ERSEPT. Sobre el informe del ITBA, lo minimizó y aseguró que los registros propios muestran a Tucumán “en verde”, salvo los Valles Calchaquíes, donde ya se ejecutan obras para mejorar el abastecimiento.

Caponio recordó que el este tucumano tuvo históricamente problemas de arsénico, pero destacó que gobiernos anteriores realizaron 80 pozos profundos para corregir esa situación. También subrayó que el agua de los valles “es agua de deshielo”, con valores considerados aptos según el Código Alimentario Nacional.

Mientras continúa el debate técnico, especialistas coinciden en que los monitoreos deben seguir siendo frecuentes y que es clave conocer qué tipo de arsénico aparece en cada zona para definir estrategias de tratamiento y prevención.

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