Carlos Orlando Arévalo, de 50 años, se entregó en la División Homicidios en las últimas horas, acompañado por su abogado, después de haber escapado el viernes por la mañana tras asesinar a su ex pareja, Rosario Vargas (41), de al menos tres disparos frente a la casa de la víctima en el asentamiento Villa Cariño, en Tafí Viejo, donde la atacó cuando regresaba del comedor comunitario y delante de su hijo de 13 años.
La comunidad continúa conmocionada por el crimen. Según la investigación, Arévalo llegó en una motocicleta roja, esperó a Rosario frente a la vivienda y la atacó apenas ella intentó entrar. La familia relató que el hombre “ya estaba revoloteando por la zona” y disparó sin darle oportunidad de defenderse. El niño, testigo directo del ataque, quedó al cuidado de su familia materna mientras se evalúan medidas de protección.
Los allegados contaron que Rosario sufría hostigamiento constante y que había decidido separarse tras años de violencia. Su madre, Olga Beatriz Peñalva, afirmó que la víctima había denunciado a Arévalo en la comisaría de Lomas de Tafí, pero no pudo completar el trámite porque él le había quitado el DNI, su tarjeta y otras pertenencias. “Quiero justicia. Que pague por lo que hizo”, pidió la mujer.
La familia también denunció que, antes del crimen, el acusado llegó a vaciar la vivienda que compartían, dejándola “solo con una cama”, y que boicoteaba cada trabajo que Rosario conseguía. La víctima mantenía sola a su hijo menor y era madre de otros dos jóvenes.
Tras el ataque, la Policía desplegó operativos en zonas montañosas de San Javier y allanó la casa del sospechoso, donde —según informaron a los familiares— hallaron municiones y cartuchos. Las autoridades difundieron su búsqueda hasta que finalmente Arévalo decidió presentarse ante la Justicia.
La fiscalía ahora avanzará en la imputación por femicidio, delito que prevé prisión perpetua. Los peritos ya trabajaron en la escena del crimen y los familiares, vecinos y organizaciones sociales reclaman que la muerte de Rosario no quede impune.




