En un contexto de malestar social, una encuesta nacional de la consultora Zentrix reveló que el 67,4% de los argentinos desconfía de los datos de inflación publicados por el Indec. El relevamiento se realizó en la tercera semana de agosto sobre una muestra de 1.029 casos en todo el país y muestra un fuerte aumento de la desconfianza: 10,7 puntos más que en julio.
El estudio señala que la mirada sobre las cifras oficiales está atravesada por la identidad política. Entre quienes votaron a Sergio Massa, el rechazo llega al 94,4%, mientras que entre los votantes de Javier Milei la desconfianza baja al 43,8%. En este grupo, el 52,2% dice confiar en los datos del Indec. Esta diferencia refleja cómo incluso un dato técnico como la inflación se convirtió en un tema de polarización política.
Más allá de las percepciones, la encuesta también muestra el impacto en la vida cotidiana. Cuatro de cada diez encuestados (40,5%) calificaron su situación económica personal como “mala o muy mala”. Aunque este número bajó levemente respecto a julio, todavía evidencia que muchos argentinos tienen dificultades para llegar a fin de mes.
El informe indica que la mayoría percibe que los precios siguen subiendo, en especial en alimentos, transporte y servicios, mientras los salarios no logran acompañar. Esta brecha entre la estadística oficial y la experiencia diaria alimenta el escepticismo y la frustración social.
A su vez, la visión sobre el rumbo del país también se deterioró. El 64% de los consultados considera que la situación general de Argentina es “mala o muy mala”, lo que implica un aumento de 11,2 puntos en comparación con el mes anterior. En otras palabras, casi dos tercios de la población sienten que el país está peor que hace apenas un mes.
