El Gobierno de Tucumán anunció la compra de 100 pistolas electrónicas Taser, dispositivos no letales que emiten descargas eléctricas para inmovilizar temporalmente a una persona. Estas herramientas serán utilizadas por las fuerzas de seguridad y vigías municipales como parte de una política de seguridad preventiva, con el objetivo de evitar situaciones de violencia extrema. Antes de su uso, los agentes recibirán capacitaciones específicas para garantizar su manejo adecuado.
Las pistolas Taser funcionan de dos maneras: mediante el disparo de dardos que alcanzan hasta 7,5 metros, o por contacto directo, aplicando la descarga eléctrica sobre la persona. Los modelos avanzados diseñados para situaciones más complejas pueden alcanzar hasta 20 metros. Las descargas eléctricas, que pueden llegar a los 50.000 voltios, paralizan temporalmente los músculos del individuo, permitiendo a los agentes realizar detenciones sin causar daño permanente.
El gobernador Osvaldo Jaldo destacó que Tucumán será la primera provincia en implementar este tipo de tecnología de manera generalizada, después de su uso en la Ciudad de Buenos Aires. El legislador Gerónimo Vargas Aignasse, uno de los principales impulsores de la medida, subrayó que estas herramientas buscan actuar de manera preventiva y garantizar la seguridad sin recurrir a la violencia.
Sin embargo, las pistolas Taser no están exentas de controversia. Organismos como Amnistía Internacional han advertido sobre los riesgos asociados a su uso, especialmente en personas vulnerables como menores, embarazadas, mayores de edad o pacientes con afecciones cardíacas. Además, las descargas prolongadas o repetitivas podrían causar dolor extremo, caídas o incluso complicaciones graves en individuos bajo los efectos de drogas o con trastornos mentales.




