El barrio SOEME en la mira: ya sufrieron tres grandes robos en una semana

Publicado el: 4 mayo, 2017

El barrio SOEME de Las Talitas parece estar en la mira de la delincuencia: en tan solo una semana ya sufrieron tres grandes robos.

Ahora, dos ladrones están siendo rastreados porque el martes a la siesta irrumpieron armados en una casa de Las Talitas, se llevaron una millonaria suma de dinero y una camioneta, que el miércoles apareció abandonada. Fuentes del caso explicaron que se está rastreando un botín de casi $ 2 millones.

El robo ocurrió alrededor de las 16 en la manzana 21 del barrio. Dos hombres tocaron la puerta de la vivienda y se presentaron como policías, según se denunció. Luego irrumpieron bajo la amenaza de matar a toda la familia y fueron directamente hacia el dinero. Para escaparse, subieron a la Ford Ranger de la víctima y se fueron sin llamar la atención de los vecinos.

Las víctimas explicaron que por el momento no podían decir nada por orden de la Policía pero se pudo saber que ninguna de las personas que estaba en la vivienda -una pareja joven y sus hijos pequeños- resultó herida. El hombre explicó a la Policía que se dedica al negocio de la carne y que hacía poco que había cobrado ese dinero.

La camioneta apareció abandonada al día siguiente en la zona norte de la capital tucumana, en el límite con Alderetes. Personal de la Motorizada del 911 la halló estacionada cerca de una empresa constructora, en un camino que sólo utilizan los camioneros que entran y salen de allí. Según se sospecha, podría haber sido usada para cometer otro asalto.

A pocas cuadras de allí, en la manzana 17, el sábado desvalijaron una casa  y se llevaron unos $ 200.000.

“El lunes me rompieron una tela mosquitera que tengo puesta en la verja, saltaron hacia adentro y me robaron una hidrolavadora. Nosotros estábamos adentro, durmiendo”, relató Daiana Aguilar, quien vive a dos casa de la vivienda donde ocurrió el robo millonario. Según explicó, todo el vecindario se sorprendió al ver llegar a varias patrullas a investigar el último golpe. “Esa noche no podía dormir porque ladraban todos los perros de la cuadra. Está habiendo muchos robos”, agregó la muchacha.

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