Calvario: Mantuvo a su esposa secuestrada por 23 años

Publicado el: 2 agosto, 2021

En Rosario, la historia de María Eugenia conmueve a toda la provincia, por el horror que causó su historia que parece una película pero fue realidad. La mujer pasó 23 años encerrada en una habitación de una casa del  barrio Cura, torturada por quien fue su esposo y hoy enfrenta un juicio por el delito que cometió.

La víctima conoció a su victimario cuando tenía tan solo 18 años y un hijo de 2. El hombre era mecánico y aunque era mayor que ella, siempre se mostró atento y enamorado por lo que Eugenia no sospechó lo que le esperaba.

Meses después empezaron las palizas y los celos obsesivos que acabaron con el hombre encerrando a su víctima por 23 años en una casa de donde nunca pudo escapar.

Así vivió Eugenia. En un altillo en donde se tapó con diarios las ventanas y sacó el picaporte de la puerta. Su captor le informó que iba a a matar a su hijo y a toda su familia si intentaba salir del lugar donde era violada, golpeada debajo de agua y  donde tuvo dos abortos.

“Estuve un año viviendo con un pijama, no tenía contacto con el afuera”, dijo la víctima en diálogo con La Capital. Al poco tiempo de estar encerrada, aceptó con resignación que probablemente nunca abandonara viva ese lugar. “Es el precio que tenía que pagar por todo lo que le había hecho, según él. Pero hasta hoy no entiendo qué hice. Era una forma de sacrificarme para que a los míos no les pasara nada”, dijo.

Pero eso no es todo. Su padre le mandaba cartas y notas que ella descubrió recién cuando pudo escapar.  “Pasaba y las tiraba en el jardín de la casa. Las pude encontrar mucho tiempo después. Encontré una caja grande de cartón, donde había papeles judiciales de Oscar, donde consta que estuvo varias veces preso, la denuncia de su primera mujer por agresiones, hasta con arma de fuego, el caso de una moto robada, otra denuncia de una mujer, a la que corrió en un campo con una carabina. Y encuentro una sola carta de mi papá, en un sobre chiquito que tenía por lo menos 15 años de escrita”, contó.

“Hija por favor volvé, pensá en nosotros, vos sabés quiénes somos, ¿qué te pasa? Yo no te di un ejemplo así, nunca te abandoné. Tu hijo llora, pensá qué vas a hacer de tu vida”, había escrito el padre, casi como una súplica. Y concluía: “Te quiero, te voy a querer siempre, te extraño, papá. Si no me contestás yo sé que es porque no llegó a tus manos”.

Su padre finalmente murió años atrás sin poderla ver. “Todavía siento que necesito ese último abrazo con mi viejo, pero es una de las cosas que no voy a conseguir nunca. Son los dolores de esta vida”, expresó la víctima.

Eugenia escapó en mayo de 2019, cuando el hombre olvidó poner el candado en la entrada y se fue a bañar. Levanó  640 pesos que había en un monedero sobre la mesa de la cocina, dos fotos de su hijo y la carta de su papá que había encontrado.

Este año, Oscar, su victimario, emepzó a ser juzgado la semana pasada por privación ilegítima de la libertad y reducción a la servidumbre y la fiscal de la Oficina de Violencia de Género, Luciana Vallarella, solicitó una pena de 18 años de prisión.

“Me explicaron que el máximo que se puede pedir es 18 años. Entendí que la justicia de los hombres tiene números. Espero conseguir esos 18 años. Pero no me alcanzaría ni 23 años, porque la vida no me la devuelve. Lo único que me sacaría de todo esto es una máquina del tiempo, que me mande 25 años atrás. Entonces hubiese criado a mi hijo, compartido con mi familia, pero es imposible. Me queda la condena, y el compromiso de que no salga y encuentre a una mujer que pueda matar”, sentenció la mujer.

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