Covid-19: ¿Cuándo somos más contagiosos?

Publicado el: 19 mayo, 2021

Un equipo de investigadores elaboró un estudio que ha sido publicado recientemente en The Lancet Microbe de Estados Unidos. En el mismo, se investigo tres cosas:  la carga viral (para medir la variación de la cantidad de virus en el cuerpo durante la enfermedad), la eliminación viral (el periodo de tiempo en que alguien va expulsando el material genético del virus, lo que no implica necesariamente que esa persona sea infecciosa) y el aislamiento del virus vivo (que otorga un mejor indicador de la contagiosidad de una persona dado que se toma al virus vivo, se aísla, se analiza y se comprueba en laboratorio si puede seguir reproduciéndose).

Se descubrió que la carga viral alcanza sus valores más altos en la nariz (que se piensa que es la principal vía de transmisión) y en la garganta durante los primeros momentos de la infección. Concretamente, entre el primer día con síntomas y el último. Y esto ocurre incluso en los pacientes con síntomas leves.

También descubrimos que, durante varias semanas, puede detectarse material genético del virus en muestras extraídas de la garganta y en muestras de heces. Pero no se detectó presencia del virus vivo en ninguna muestra recogida nueve días después de que el paciente empezara a manifestar síntomas.

Sin embargo, algunas personas, en especial aquellos que ya padecían enfermedades graves o que tenían el sistema inmunológico debilitado (por estar recibiendo quimioterapia, por ejemplo), tenían posibilidades de experimentar procesos de eliminación viral más prolongados. En cualquier caso, los resultados apuntan a que los infectados con SARS-CoV-2 tienen propensión a resultar contagiosos en el periodo comprendido entre unos pocos días antes de empezar a desarrollar síntomas y los cinco días posteriores.

En comparación, la carga viral del SARS alcanza su punto álgido entre 10 y 14 días después de que empiecen los síntomas, y el MERS lo hace en un periodo de entre 7 y 10 (hay que tener en cuenta que tanto el SARS como el MERS son enfermedades causadas por un virus que pertenece a la familia de los coronavirus).

Esto explica por qué la transmisión de estos dos patógenos fue contenida de forma eficaz a través de la localización y aislamiento inmediato de las personas que manifestaban síntomas. Y también explica por qué está siendo tan difícil contener el COVID-19, pues este se expande de forma muy rápida en las fases tempranas de la infección.

El rastreo de contactos y las simulaciones muestran, de igual modo, que el nivel máximo de transmisión se da en los cinco primeros días que siguen al comienzo de los síntomas. Según un estudio publicado recientemente, el periodo de mayor contagiosidad corresponde a esos cinco días.

Otro estudio de rastreo de contactos desarrollado en Reino Unido y Taiwan determinó, de forma análoga, que a la mayoría de las personas les contagiaron la enfermedad en los cinco días posteriores al comienzo de los síntomas por parte del contagiador.

La mayor parte de las personas que se hace un test recibe los resultados cuando ya ha superado el periodo de mayor contagiosidad. El hecho de que el pico de carga viral se dé al comienzo de la enfermedad apunta a que, para romper la cadena de transmisión, una persona con covid-19 debería confinarse tan pronto como empiece a manifestarse los síntomas, sin esperar a los resultados de la prueba.

John se autoconfinó de forma inmediata y llamó a todas las personas con las que había tenido contacto en los días anteriores. Al día siguiente se levantó con un poco de fiebre. No pudo hacerse la prueba de forma inmediata, ya que tuvo que esperar para conseguir cita, pero obtuvo los resultados al quinto día de empezar los síntomas. Dio positivo por covid.

Por suerte, John consiguió aislarse durante el periodo en el que resultaba más contagioso y sus contactos hicieron cuarentena de forma inmediata.

John fue afortunado en la medida en que pudo trabajar desde casa y por lo tanto le siguieron pagando. Pero según un informe publicado en Reino Unido, solo una de cada cinco personas puede permitirse un autoconfinamiento. Entre los impedimentos se incluye tener un niño dependiente a cargo, tener bajos ingresos, las enormes dificultades económicas generadas por la pandemia o ser un trabajador esencial, como por ejemplo una enfermera o un profesor.

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