La falta de empatía y la irresponsabilidad de algunos tucumanos sigue notándose los fines de semana en nuestra provincia. A pesar de las recomendaciones por parte del Ministerio de Salud de evitar las aglomeraciones y la prohibición de las fiestas clandestinas, parte de los tucumanos y empresarios de nuestra provincia, hacen caso omiso al pedido y lo mismo decide abrir los locales para su beneficio personal.
Este fin de semana, en los controles que realiza la Policía de la provincia coordinados por el Comité Operativo de Emergencia, detectó que en un local de Marcos Avellaneda al 1.000, se encontraban dentro del predio alrededor de 700 personas, como así también, 200 fuera del establecimiento, aglomeradas esperando en la puerta para lograr ingresar.
Ante lo ocurrido, los oficiales procedieron al desalojo del lugar el cual se desarrolló de manera pacífica, en el mismo, ninguno de los presentes respetaban el distanciamiento social ni el uso del barbijo, medidas protocolares obligatorias para evitar una posible propagación del virus.
Además, el personal de la Unidad Regional Norte, detectó una fiesta clandestina en la vía pública, realizándose en Barrio Castillo, de Yerba Buena, en la cual los presentes habían cortado la calle y se encontraban alrededor de 60 personas y vehículos que impedían el paso. A su llegada, los uniformados lograron despejar la zona pacíficamente y desarticularla.
Desde el organismo, aseguraron que los controles seguirán llevándose a cabo y como motivo de las fiestas de fin de año, se incrementarán y serán más rigurosos.
