Un innovador Centro de la Universidad San Pablo T. sorprende al país

Publicado el: 7 diciembre, 2016

La Universidad de San Pablo de Tucumán apuesta a generar innovaciones con impacto social desde su Centro de Tecnologías Disruptivas (CTD). Expectativas, sueños y realidad de una nueva forma de entender la adquisición de conocimiento.

El diario digital Infobae viajó a Tucumán para conocer este Centro que funciona en el campus de la Universidad de San Pablo de Tucumán. En lo que fuera un antiguo ingenio, al pie de la sierra y del monte, conviven el pasado -de las estructuras edilicias recicladas y arboledas- con la mirada hacia el futuro.
-¿En qué proyectos están trabajando en el CTD de la Universidad de Tucumán?

El proyecto principal al que estamos abocados es la fabricación de un nanosatélite al que llamamos “Samba I”. Ya está finalizado en un 70% aproximadamente y nos encontramos en la etapa final de ajustes. Además, estamos introduciendo otro nuevo: el proyecto “Wayra I”. Se trata de un prototipo de drone para una carga de emergencia. El desafío es poder diseñar uno que posea vuelo autónomo para que pueda ser utilizado por cualquier persona, sin conocimientos específicos. La idea es poder transportar diferentes tipos de mercancías como, por ejemplo, medicinas para una urgencia, transfusiones sanguíneas o suero antiofídico hacia cualquier sitio donde se necesite, de modo más veloz o hacia zonas sin medios de acceso rápido.

“Sólo hacen falta ganas, mucho esfuerzo, pasión, tiempo y paciencia”
-¿Cuáles son los objetivos que tienen desde este centro? Porque hablar de “disrupción”es bastante ambicioso, significa cambiar, de forma total, la manera en la que se hacen determinadas cosas.

Nosotros apuntamos a eso con los proyectos que estamos diseñando. Queremos innovar. Por ejemplo, en el caso de los drones, la mayoría de los aparatos comerciales tienen una autonomía de vuelo de sólo 15 a 20 minutos aproximadamente. Por lo tanto, la distancia que alcanzan a recorrer no es la suficiente como para llegar a sitios a los que no se puede acceder fácilmente utilizando vehículos convencionales. En este sentido, nuestra innovación y nuestro aporte serían poder lograr que tengan más autonomía para poder acceder a estos lugares y además que puedan ser capaces también de llevar una determinada carga con un peso de entre uno y dos kilos.

-¿Cómo trabajan con la Universidad? ¿Cómo se integran al centro los estudiantes que asisten a las diferentes facultades?

Ellos cuenta con este centro, los materiales y nuestro asesoramiento para llevar adelante sus proyectos. Por ejemplo, ahora hay un grupos de chicas de Ingeniería industrial que están realizando investigaciones sobre ropa inteligente. Junto a su profesora, están viendo cómo desarrollar una fibra textil que lleve determinados biosensores. Desde acá las asistimos con la parte de electrónica y de sensores.
Otro de los proyectos que se trabaja es una máquina de nanofibras, con un mecanismo muy innovador en lo que hace a la producción de estas nanofibras. Lo que buscamos es poder fabricarlas a gran escala -cosa que hoy todavía no es posible- y poder hacerlo de manera que también resulte rentable. Las nanofibras se pueden utilizar para filtros, tejidos y diversas aplicaciones.

-¿Los proyectos que crean están concebidos para salir al mercado, a la industria? ¿Esperan generar patentes propias? ¿Cuáles son las aspiraciones en ese sentido?

Sí, nosotros primero nos concentramos en armar los proyectos, desarrollarlos e investigar. Una vez que tenemos los prototipos y que realizamos todas las pruebas pertinentes, la idea es poder patentarlos. Luego, poder cobrar esos derechos de patentes y tratar de introducirlos en la industria para que puedan impactar en varias personas y entonces, ahí sí, poder producir un cambio más significativo.

“En internet encontrás cosas fantásticas y muy profundas sobre todos los temas que te imagines”
-Nos resulta más familiar ver que se piense en tecnologías disruptivas desde lugares como el Silicon Valley. ¿Cómo es plantearse un proyecto de este tipo desde las afueras de la ciudad de Tucumán?

Sí, es cierto. Pero también es un hecho que, con internet, se puede hacer casi cualquier cosa, desde cualquier lado. Lo que necesitas es dedicarle tiempo y tener muchas ganas de investigar. La verdad es que las mayores complicaciones se presentan a la hora de encontrar los insumos que uno necesita para fabricar los prototipos -por ejemplo, las aspas o los motores de los drenes- que hay que encargarlos al exterior y hacerlos traer, porque acá es imposible conseguir cosas similares. Pero, respecto a la investigación, se pueden hacer muchas cosas. Es fundamental leer bien en inglés y tener la dedicación necesaria para buscar papers y estudiarlos. En internet encontrás cosas fantásticas y muy profundas sobre todos los temas que te imagines. Sólo hacen falta ganas, mucho esfuerzo, pasión, tiempo y paciencia. Cuando yo entré acá no sabía hacer prácticamente nada, pero con ganas y esfuerzo fui aprendiendo muchísimo respecto a la fabricación y diseño 3D.

-¿Los grupos que trabajan en el centro son sólo de carreras de perfil más técnico o forman también equipos interdisciplinarios?

Son grupos interdisciplinarios, aunque vienen más los chicos de áreas técnicas. Buscamos complementarnos y ayudarnos entre nosotros. Algunos saben más de motores, de electrónica o de química. Buscamos cooperar y apuntalar al otro en sus flancos más débiles para que pueda salir adelante con su idea.

-¿Con qué sueñan? ¿Qué les gustaría que saliera de este lugar?

Lo que nos gustaría es poder llevar al mercado los productos que generemos aquí , y producir un impacto en la gente. También poder generar patentes y conocimientos a partir del trabajo y del desarrollo de la investigación que impulsamos desde acá.
Y, por sobre todo, que a partir de lo que es de las innovaciones que generamos desde Tucumán, darle soluciones a problemas que antes no los tenían. En el camino, sí, tenemos muchos fracasos porque en todas las etapas de la investigación te topas con circunstancias que no eran las que esperabas. Las cosas no salen siempre bien, pero lo importante y lo divertido es poder seguir buscando y encontrar caminos alternativos para llegar a buen puerto. Por otra parte, es importante resaltar que, lo que buscamos con esto, no es solamente fabricar un prototipo que sea bueno, sino que se pueda llevar a gran escala. Porque, si es muy bueno pero es tan costoso que nadie lo puede utilizar, pierde sentido para nosotros porque no genera impacto. Entonces ahí entra la importancia de hacer un estudio de costos y ver cuál es la vuelta que se le puede encontrar para hacerlo viable y que no termine quedando solamente un prototipo muy caro.

fuente: infobae.com

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