Por Pablo Jozami-Ahora que hemos tomado conciencia de los efectos que podemos causar en nuestro hacer al cocinar, es preciso que mediante la práctica desarrollemos la Intención.
Cocinar es la primera de las prácticas del arte de la alquimia, por tanto dista de ser la simple mezcla de ingredientes. Es por esto que entre las diferentes transferencias que aportan los elementos, materiales y técnicas, también debemos considerarnos como un elemento más en la cocina, de hecho el más importante de ellos; lo que nos conduce al corazón mismo de esta magia: el autoconocimiento.
El autoconocimiento puede parecer una práctica ardua aunque sencillamente implica solo la observación, como ya lo dijimos, en silencio. Este silencio requerido no es represión, sino observación en estado puro, sin juicios ni intervenciones; de otra manera no es posible el autoconocimiento. Es preciso observarnos sin querer cambiar lo que nos disgusta de nosotros, ni reafirmando lo que sí nos gusta, sino simplemente aceptando lo observado y tomando conciencia de que todas las limitaciones que podemos llegar a considerar pertenecen solo a la mente, no a nuestros seres. La observación nos conducirá directo hacia el autoconocimiento, solo así nos encontraremos con los pensamientos y emociones de manera tal que podamos desapegarnos de ellos y construir desde la vacuidad lo que queremos ser, con la clara intención y el propósito. En ese mismo instante dejamos de esperar, porque asumimos el poder de nuestro propósito; se espera que el fruto madure, que la flor florezca, aquello en lo que nuestra voluntad no interfiere, por lo demás nosotros somos los responsables.
Al leer “toda idea que no se convierta para ti en un ideal mata una fuerza en tu alma; toda idea que se convierte en un ideal crea en ti fuerzas de vida. Rudolf Steiner” tomé conciencia de que todo lo que estaba haciendo carecía de valor si continuaba haciéndolo sin un propósito, pues con total certeza los ideales se construyen solo con propósitos. Y una vez que surge el propósito, con su clara intención, es entonces el momento de actuar.
Pablo Jozami se define como cocinero, artista plástico, músico y poeta.
