Llegaron los primeros ejemplares de ballenas francas a la Península de Valdés

Publicado el: 18 mayo, 2015

Con los cetáceos también se agregaron distintas formas de acercarse a conocerlos desde las playas de la zona, incluso Madryn o El Doradillo, con los gomones o catamaranes que salen desde Puerto Pirámides, y hasta por abajo del agua con el Yellow Submarine, un semisumergible único en el mundo que hizo sus primeras excursiones en las vacaciones de invierno del 2014.

El buque es de fabricación argentina, construido en acero naval y semisumergible, lo que permite a los pasajeros observar a las ballenas -y también a los lobos marinos- tanto en superficie, desde la cubierta superior, como desde la cabina submarina, a través de las 40 ventanas que tiene bajo el nivel del agua.

Además, la nave -con un costo de pasaje de 1800 pesos en temporada alta y 1600 en baja-, cuenta con hidrófonos de última generación para poder escuchar los sonidos que emiten los enormes cetáceos.

“Es otro mundo allá abajo, es como verlas buceando. Las ballenas pasan a solo 30 centímetros del vidrio, muy curiosas, es claro que ellas también nos están mirando”, asegura Héctor “Tiño” Resnik, ideólogo y dueño del Yellow Submarine.

Entre junio y diciembre, miles de turistas nacionales y extranjeros llegan a Puerto Madryn para ver a los “Gigantes de Valdés”, conocidos así por ser los mamíferos más grandes del mundo: un macho promedio mide unos 15 metros de largo y pesa alrededor de 50 toneladas.

A solo 15 kilómetros de la ciudad, el Área Natural Protegida El Doradillo ofrece un espectáculo único, de acceso libre y gratuito, ya que muy cerca de la costa el mar se vuelve profundo y se las puede observar a simple vista en sus rutinas de cortejo, dando a luz a sus ballenatos y enseñándoles a nadar de una punta a la otra de la playa.

Otra opción son los avistajes embarcados que se ofrecen desde Puerto Pirámides, una pequeña población en Península Valdes, camino a la cual se puede visitar el Centro de Interpretación Istmo Ameghino, donde hay información sobre la flora y fauna de la zona, ilustraciones y hasta una réplica a escala de una ballena.

Antes de subir al gomón o el catamarán los visitantes deben ponerse chalecos salvavidas y todo el abrigo posible según recomiendan las autoridades.

Tras pocos minutos de navegación el capitán señala los primeros ejemplares: “¡A las 3, un macho!”. “¡A las 9, una hembra con un ballenato!”, indica usando sus manos como si fueran las agujas del reloj y las 12 estuvieran en la proa del barco.

Del espejo de mar cristalino emergen sus lomos negros, callosidades y chorros de aire que expulsan por el orificio soplador, y hasta es posible que alguna ballena muestra la cola o de un salto como anhelan los visitantes para verlas completas.

Según el calendario de fauna de Puerto Madryn, en los meses de ballenas también se puede ver toninas, aves, elefantes y lobos marinos.
Para conocer a estos últimos, la mejor opción es el snorkeling que se realiza con la marea alta en la reserva Punta Loma, a 20 kilómetros del centro de la ciudad.

Los lobos son curiosos y se tiran al agua para recibir a sus visitantes, que apenas entran en el agua, son mordisqueados y tironeados por una cantidad incalculable de cachorros.

La ciudad de Puerto Madryn está ubicada en la Costa Noroeste de la provincia de Chubut, a solo 100 kilómetros de Península Valdés, área natural protegida por UNESCO desde 1999.

Se trata de una de las áreas biológicas más destacadas de la costa Patagónica por la presencia de ballenas francas, elefantes y lobos marinos, pingüinos de Magallanes, delfines, orcas y otras tantas especies de fauna terrestre y flora. Algunos puntos turísticos cercanos son: la Isla de los Pájaros, Puerto Pirámides, Punta Delgada, Caleta Valdés y Punta Norte.

Por otro lado, Puerto Madryn fue declarada Capital del Buceo por la Cámara de Diputados de la Nación.
Además, cuenta con un Ecocentro destinado a la interpretación de ecosistemas, el Museo Oceanográfico y de Ciencias Naturales, y el Museo Municipal de Arte.

Deja un comentario