Todo lo que tenés que saber sobre las vacunas contra la gripe y la neumonía

Publicado el: 22 abril, 2017

Llega el frío y con él, la responsabilidad de vacunarnos contra las enfermedades que parecen comunes pero que pueden hasta costarnos la vida. Durante el año pasado, 290 personas murieron por la gripe y la mayoría integraba los grupos vulnerables y no se habían vacunado.

El Estado garantiza cada año gratuitamente las vacunas para los grupos vulnerables en hospitales y centros de salud públicos de todo el país. Este es el momento oportuno para acceder a las vacunas: antes de que el virus de la gripe empiece a circular con fuerza.

Una de las novedades de este año es la introducción en mayores de 65 del esquema secuencial en la vacunación contra el neumococo, bacteria que puede producir desde una otitis media (mucho más frecuente en niños) hasta cuadros graves de neumonía, bacteremia y meningitis. Por eso es importante que quienes integran ese grupo etario sepan si ya recibieron alguna dosis de las vacunas que integran el esquema, cuál de ellas y hace cuánto tiempo.

En cuanto a la vacuna antigripal:

Deben vacunarse:

  • Bebés de entre 6 y 24 meses.
  • Embarazadas (en cualquier trimestre de la gestación)
  • Puérperas (no vacunadas durante el embarazo y hasta 10 días después del parto)
  • Personas entre 2 y 64 años con enfermedades crónicas o inmunológicas (respiratorias, cardíacas, diabetes, obesidad, insuficiencia renal, entre otras).
  • Adultos mayores de 65 años.
  • Personal de salud.

Entre esos pacientes, sólo se les requerirá orden médica para vacunarse a las personas entre los 2 y 64 años que tengan factores de riesgo (excepto obesos), debiéndose detallar en la misma, el grupo de riesgo al cual pertenece. El resto, solo con DNI.

La vacuna antigripal es gratuita para los grupos vulnerables en hospitales y centros de salud públicos de todo el país. En caso de no pertenecer a los grupos vulnerables, “la vacuna antigripal es segura y se la puede aplicar cualquier persona. Pero a nivel público está disponible solo para los grupos vulnerables”, comenta Pablo Bonvehí, presidente de la Comisión Nacional de Inmunización. En el ámbito privado, los precios varían según el vacunatorio o farmacia y de la cobertura de la que se disponga.

Cabe recordar que la vacuna contra la gripe debe aplicarse todos los años. Es que la duración de la inmunidad después de la vacunación a las cepas homólogas o a cepas estrechamente relacionadas a las contenidas en la vacuna varía, pero usualmente es de 6 a 12 meses, sostiene en sus lineamientos el Ministerio de Salud.

Además, Boheví detalla que “hay que vacunarse para protegerse de las consecuencias más graves de la gripe, no tanto de la gripe en sí”. “Lo que buscamos, sobre todo con los adultos mayores, -continúa- es que esta enfermedad no conduzca a la internación o a la muerte”.

El objetivo de vacunar a los grupos de riesgo apunta a reducir las complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas ocasionadas por el virus influenza. Lo que no implica que uno por estar vacunado no pueda contraerlo.

Es importante vacunarse pronto porque la protección que otorga la vacuna se obtiene generalmente en 2 a 3 semanas después de la aplicación. Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, exhorta a vacunarse antes de que llegue junio. “La mayor eficacia de esta vacuna se da en otoño-invierno. Si las altas coberturas se logran en octubre o noviembre son medio ficticias”.

En cuanto a la pregunta que siempre surge ate las campañas de vacunación: “¿Es mito o realidad que la vacuna puede provocar un cuadro gripal?”, Bonvehí responde que “Son mitos que circulan. Todos los años se vacuna durante la época de circulación de otros virus respiratorios, entonces no es infrecuente que la aplicación de la vacuna coincida con otros virus respiratorios, pero los síntomas no los provoca la vacuna”.

Como todas las vacunas que se aplican en el país, la antigripal es segura y efectiva. Sin embargo pueden presentarse eventos adversos después de la administración, los cuales son generalmente leves. Los beneficios de la inmunización son mayores que los posibles riesgos.

Además, resaltan que sí se puede vacunar una persona que está con fiebre. “Salvo que tenga una enfermedad relevante, unas líneas de fiebre no son motivo para no vacunar”, explica Carla Vizzotti, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología y ex responsable de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles.

No deben vacunarse aquellas personas que presenten hipersensibilidad a los principios activos, a alguno de los excipientes y a los residuos (por ejemplo, huevo o proteínas del pollo, como la ovoalbúmina) o antecedente de reacción anafiláctica en una vacunación previa contra la influenza.

 

Con respecto a las vacunas antineumocóccicas:

Deben vacunarse:

  • Menores de dos años (con la vacuna conjugada 13 valente a los 2, 4 y 12 meses).
  • Mayores de 65 años.
  • Personas de entre 5 y 64 años con factores de riesgo (cardiopatías, diabetes, enfermedades pulmonares, tabaquismo, alcoholismo, pacientes inmunocomprometidos o que hayan recibido trasplante de células hematopoyéticas). Este grupo necesita orden médica.

Para los mayores de 65 años y personas con factores de riesgo (que no estaban contempladas previamente) se incorporó este año la vacuna conjugada 13 valente (PCV13), que se aplica en un esquema secuencial con la polisacárida 23 valente (PPSV23), que ya se aplicaba a ese grupo etario.

“Es un esquema para proteger a la persona contra la enfermedad neumocóccica y la neumonía y consiste en dos dosis de dos vacunas distintas. La primera es la PCV13 y la segunda es la PPSV23. Esas dos dosis, para los mayores de 65 y menores de esa edad con factores de riesgo (sacando la inmunosupresión) deben darse separadas por 12 meses. Si la persona ya se aplicó la de 23 serotipos, hay que dejar pasar un año y aplicarse la de 13. Los inmunocomprometidos deben darse primero la 13 y después la 23, con un intervalo de ocho semanas. Si ya se dieron la 23, deben dejar pasar un año para darse la de 13”, explica Bonvehí.

A diferencia de la antigripal, no es una vacunación de renovación anual. Una vez completado el esquema, solo en algunos casos se debe dar una nueva dosis a los cinco años.

Las personas mayores de 65 años que se hayan vacunado alguna vez contra el neumococo en el ámbito público es muy probable que hayan recibido la PPSV23, que era la única disponible por calendario hasta el año pasado. Por eso, si ya transcurrieron 12 meses desde esa aplicación debe concurrir a completar el esquema con la PCV13.

Los especialistas insisten en la importancia de que los adultos se conserven el carnet de vacunación, lo que permite establecer qué vacuna recibió y hace cuánto tiempo, para completar el esquema en forma efectiva.

Se aconseja aprovechar la oportunidad para dar las dos vacunas juntas en brazos separados. No obstante, las vacunas contra el neumococo pueden aplicarse en cualquier momento del año.

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