Este sábado, los restos del Papa Francisco fueron trasladados y enterrados en la Basílica Santa María la Mayor, en Roma, tras una emotiva ceremonia que reunió a más de medio millón de personas. El pontífice argentino, fallecido recientemente, se convirtió en el primer Papa en más de un siglo en ser enterrado fuera de la Santa Sede. La misa de despedida se celebró en la Plaza San Pedro del Vaticano y fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, en una ceremonia llena de respeto, gratitud y solemnidad.
Durante la Misa de Réquiem, más de 250 cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes y fieles de todo el mundo acompañaron la celebración. En su homilía, el Cardenal Re recordó los 12 años de pontificado de Francisco, destacando su cercanía al pueblo y su profundo amor a la Iglesia. Luego de la ceremonia, el cuerpo del Papa fue trasladado en el papamóvil desde El Vaticano hasta la basílica, acompañado por una multitud en las calles y bajo un fuerte operativo de seguridad.
En Santa María la Mayor, el féretro fue colocado en la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, junto al icono de la Virgen ‘Salus Populi Romani’. El rito funerario incluyó el canto de salmos, intercesiones, el Padrenuestro y, tras la oración final, la colocación de los sellos oficiales en el ataúd. Finalmente, el féretro fue depositado en la tumba, rociado con agua bendita mientras se cantaba el Regina Caeli, y el acta del entierro fue leída y firmada por las autoridades eclesiásticas presentes.