Nahir Galarza ya cumple su condena en una cárcel de mujeres

Publicado el: 11 septiembre, 2018

La joven sentenciada por el “homicidio agravado por el vínculo” de su novio Fernando Pastorizo estuvo desde enero en la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú. Le realizarán exámenes psicológicos para determinar el pabellón donde se alojará.

Nahir Galarza, la joven condenada a prisión perpetua por el crimen de su novio Fernando Pastorizo, fue trasladada a la cárcel de mujeres de Paraná.

Un día antes de su cumpleaños número 20, Galarza fue llevada desde la Comisaría del Menor y la Mujer de Gualeguaychú, donde se encontraba detenida desde enero pasado, a la Unidad Penal 6 de la capital entrerriana.

Poco después de las 7 del lunes, el móvil policial que trasladó a la joven, llegó a las puertas de la cárcel paranaense, donde ya se encontraban sus padres, Yamila Kroh y el oficial de Policía Marcelo Galarza.

La joven, que fue condenada por “homicidio agravado por el vínculo” en primera instancia, iba a ser sometida a una serie de exámenes psicológicos y psiquiátricos durante la jornada, para determinar el pabellón del penal en el que será alojada.

En principio se especulaba que sus compañeras podían llegar a ser Griselda Bordeira, una policía involucrada en un caso de narcotráfico, y otras dos mujeres, que son esposas de miembros de la fuerza. Esa medida se tomaría para evitar que Galarza sufra represalias por parte de otras presas por tratarse de la hija de un oficial de la Policía provincial.

El director del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, Marcelo Sánchez explicó, en declaraciones al sitio El Once, que no habrá excepciones en el trato a la joven. El funcionario indicó que tanto Galarza como el resto de las reclusas “tienen asegurado el derecho a estudiar y trabajar”.

El crimen de Fernando Pastorizzo, de 20 años, ocurrió el 29 de diciembre de 2017 y Galarza, que primeramente dio su versión de los hechos, confesó horas más tarde haber sido la autora de los disparos. La joven había dicho que los disparos fueron cometidos con el arma reglamentaria de su padre, efectivo de la Policía de la provincia de Entre Ríos.

Sin embargo, en una segunda declaración dijo que había sido su novio el que había tomado el arma y que los disparos los había hecho en forma accidental. El 3 de julio último la joven, de 19 años, fue condenada a prisión perpetua por el delito de “homicidio agravado por el vínculo de pareja” con la víctima tras un juicio oral.

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