De repente el partido entró en un momento complejo. No para perderlo, pero sí para que Australia llegara inesperadamente al empate. POrque estaba 2-0, llegó el descuento con un zapatazo que rebotó en Enzo Fernández y los de Ocanía tomaron impulso: estaban nocaut y tenían una vida más.
Juega la cabeza en esas situaciones, está claro. Ya Scaloni había hecho varios cambios y, cuando estaba cerca del 3-0, la historia se puso 2-1. Y todo el temor por que llegara la igualdad. En ese empuje australiano, llegó una jugada maradoniana, gambeteando hacia adelante, entrando al parea, amagando y… cuando tenía para pegarle de cara al arco, en el área, llegó la salvada del partido. Tremendo.
El australiano habilidoso había pasado a cuatro jugadores y, cayéndose, le dio al arco. Parecía el empate, pero llegó Lisandro, el del Manchester United, y se jugó todo para que la pelota rebotara en él y se fuera al corner. Y el central lo festejó como un gol, como se merecía, agitando el puño.
Eso fue a los 80 minutos. Un tapadón de Lisandro que gritamos todos como si fuera un gol. Pero había más… No la esperábamos pero llegó: centro en el séptimo minuto de descuento, Tagliafico quedó pagando y el delantero australiano quedó mano a mano con Dibu. Para el infarto, sí, pero Dibu Martínez se jugó la vida, atoró a Garang Kuol, amplió los brazos en su salida y tapó milagrosamente el tiro.
