Durante las últimas dos semanas de noviembre y la primera de diciembre, los precios de alimentos y artículos de supermercado aumentaron significativamente en Argentina, generando preocupación entre los clientes. La queja común es que los aumentos son generalizados y parecen no tener control, afectando el poder adquisitivo de los salarios.
La incertidumbre se intensifica ante la transición presidencial de Javier Milei, y los ciudadanos expresan temor por lo que pueda ocurrir con los gastos del hogar durante su gestión. La expectativa se centra en el plan económico y las medidas que se anunciarán el 11 de diciembre.
Además, la anulación temporal del reintegro del 21% del IVA en compras con débito generó molestias entre los bancarizados. Aunque el Gobierno y los bancos aclararon que fue un error y que el beneficio continuará hasta el 31 de diciembre, persiste la incertidumbre sobre qué sucederá después de esa fecha.
Especialistas señalan que la devaluación del peso y la posible subida del dólar oficial tendrán un impacto directo en los precios. Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra, destaca el efecto arrastre de noviembre, mientras que Santiago Manoukian, jefe de Research de Ecolatina, pronostica una aceleración de la inflación, posiblemente superando el 20% mensual.
El Centro de Estudios Económicos Scalabrini Ortiz estima que la variación de diciembre está “muy acelerada”, ubicándola en un 18,2%. La incertidumbre persiste entre comerciantes y supermercados que ajustan diariamente los precios, reflejando la volatilidad del panorama económico.
Fuente: La Gaceta
