Infartante. El Santo consiguió en el último minuto del alargue el gol que le permitió clasificar ante un rival inesperadamente duro: Villa Dálmine pegó primero tres veces y el elenco de la Ciudadela debió remontar el resultado en contra para lograr el objetivo.
El pase a la semifinal del Reducido de la B Nacional será otra prueba de fuego en la lucha por el ascenso a Primera. Pero todo será igual de difícil.
Villa Dálmine fue efectivo en las dos únicas que tuvo para adelantarse en el marcador. Los goles de Pablo Burzio y Marcos Rivadero dejaron incertidumbre en un estadio que era una caldera. San Martín se quedaba fuera de la pelea. El segundo tiempo fue otra la historia: el local hizo todo lo posible para conseguir el ansiado empate. La alegría del 2 a 2 llegó en los últimos minutos. Fue gritado por un estadio que creía que ahí era el final de todo.
Pero apenas dos minutos después, un grave error defensivo de la defensa tucumana dejó servido el tercer gol de la defensa. Un baldazo de agua fría que significó que San Martín atacara como fuera en los últimos minutos. Lo tuvo en dos ocasiones. Falló.
Cuando todo empezaba a terminar, en el tercer minuto de los cinco adicionados llegó el empate definitivo. Juan Galeano., el volante que se hizo cargo del momento tomó la pelota luego de una serie de rebotes que paralizaron los corazones y la mandó adentro: 3 a 3.
Drama y desahogo. Todo eso se vivió en ese final para el infarto que terminó con la explosión de la Ciudadela.
