El conmovedor mensaje de una pareja que se casó en una sala de terapia intensiva

Publicado el: 27 enero, 2017

Sergio Silva Velázquez– El amor entre Ailin Rugiero y Mauricio Sing pudo consumarse, después de dos años, en una ceremonia organizada en el lugar menos esperado: la sala de terapia intensiva del hospital Padilla donde ella, de prometedores 17 años, está internada por mielitis, una afección inflamatoria en su espina dorsal que le impide desplazarse normalmente. Como lo haría cualquiera.  Y sin embargo, nada pudo con la decisión tomada: consumar el compromiso que tienen desde hace dos años en un matrimonio hecho y derecho. Como lo haría cualquiera.

“El amor que siento por ella es lo que me da la fortaleza para acompañarla en cada momento. Salgo del taller en el que trabajo y me vengo para el hospital”, dijo Mauricio emocionado y a todos se les aflojó algo. La novia, dueña de todas las miradas, de propios y extraños ante una situación que tiene que afrontar en la realidad. Su familia sigue expectante las indicaciones de los médicos que monitorean su estado a diario con la ilusión de que vuelva a caminar.

Mientras tanto, unos y otros hicieron una pausa para compartir el instante definido como  “el más feliz” de cualquier pareja. Y Ailín y Mauricio, estuvieron a la altura de las circunstancias.  En su caso, al contrario de lo que pasa con los demás, todo se dio tan naturalmente que hasta dos de los testigos que dejaron su rúbrica en el acta del registro civil,  son empleados del mismo hospital: dos enfermeras que se ocupan a diario de ella en la terapia. Un remedio conmovedor contra la desesperanza ante cualquier nube negra que se alza en nuestro horizonte.

Foto: La Gaceta.

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